Ayer, mientras estaba intentando renovar mi solicitud de pago de IMDB con una tarjeta Visa Oro que no daba más de sí (debido a todos los gastos de la caprichosa de mi mujer, que trata al caniche como si fuera un segundo hijo) me di cuenta de que en mi lista de favoritos había una cantidad de actrices desaparecidas insospechadamente.
Sus nombres me recordaron a numerosas películas, que en el mundo actual, dominado por los jóvenes, son consideradas antiguas y aburridas (todo lo que tenga una antigüedad mayor a dos años no merece la pena ser nombrado), que me encantaron y me engancharon al asiento hasta el encendido de las luces y los títulos de crédito que sólo unos pocos aficionados vemos.
Dado que la aceptación por parte del banco de mi solicitud se presentaba larga, aproveché para echar un último vistazo a los perfiles de esas mujeres antes de que IMDB me declarara como moroso y expulsara mi cuenta de su paraíso de información.
Pronto me di cuenta de la razón por la que esas mujeres ya no eran requeridas en el mundillo cinematográfico: los cuarenta habían llegado y en ocasiones estaban alejándose peligrosamente. La alarma de emergencia de la edad se había activado hasta en las casillas imaginarias de IMDB donde la contratación se asocia directamente a la edad.
Estaban en una fase en la que los papeles ya no encajaban: ya no podían ser la joven y hermosa muchacha de la que se enamoraba algún buscador de tesoros o algún agente secreto del MI5, ni tampoco la madre encantadora de algún protagonista (con la bragueta normalmente abierta) que al final encuentra al amor de su vida, reacciona y al que por fin su madre tiene que dejar de hacerle la comida y limpiarle el apartamento.
Por un momento, sentí lástima por este mundo que es incapaz de aceptar la madurez de las mujeres con talento y que sin embargo encuentra interesantes a los cuarentones y cincuentones con dinero a los que sigue dando empleo en películas "cómicas" como ligón de fiesta inmaduro.
Claro que ese pensamiento se borró en cuanto recordé que mi apartamento en Nueva York y el chalet en Beverly Hills, además de las numerosas operaciones de mi señora esposa, son pagadas gracias a mi maravilloso trabajo de asesor de contratación. Y es que, en el fondo, yo tampoco decido contratar a actrices de más de cuarenta...
7 de octubre de 2008, 23:07 �
Esto es una prueba más del machismo que sigue existiendo en la sociedad. No se puede decir que una mujer de cuarenta años tenga pocas cosas que contar, pero en fin.
Lo bueno es que después de la etapa que pasan en "cuarentena", muchas vuelven...
11 de octubre de 2008, 12:22 �
Una pena que ciertas actrices al sobrepasar los temidos cuarenta ya no sean valoradas así porque hace años e incluso ahora es la voz de la experiencia la que manda.
Besitos!